lunes, 16 de diciembre de 2013

¿Literatura erótica o erotismo en la literatura?


Literatura erótica o erotismo en literatura.

 

Al hacer la presentación del primer capítulo de mi novela, hice constar la puntualización que mi correctora, Susana, había realizado sobre la misma. Mi primera intención fue escribir una novela con un alto contenido erótico, pero como ya indiqué, en ocasiones  es la escritura la que lleva al autor y no al contrario, de manera, que el resultado ha sido una novela con escenas eróticas, pero no una novela erótica al uso. Esta diferencia  me sirve para iniciar un debate sobre literatura erótica o erotismo en la literatura, para ello voy a apoyarme en la documentación que Marisa Mañana, profesora de literatura erótica de la Escuela de Escritores, me hizo llegar cuando tuve el placer de ser su alumna.

Comenzaba Marisa el primer tema del curso preguntando ¿Qué debe tener un texto para ser erótico? Si la pregunta fuera lanzada en un grupo de amigos la mayoría coincidiría en afirmar que en un texto erótico uno o más personajes tienen relaciones sexuales. Entonces ¿un texto erótico se reduce a la redacción de un intercambio sexual?

A lo largo de la historia de la literatura, es, sobretodo a partir del SXVIII, cuando muchas obras nacen de un afán subversivo, contra las normas y los valores que intentan regular el instinto sexual, y también un afán lúdico, del goce por el goce, dejando en evidencia la hipocresía de la sociedad. Allí donde el erotismo se convierte en arte podemos encontrarnos con el marqués de Sade, Chordelos de Laclos James Joyce, Henry Miller, Anaís Nïn, Georges Bataille, entre otros…

Si bien es cierto que las obras de los autores mencionados son esencialmente eróticas, es decir, que en ellas la unión sexual tiene mucho de físico y carnal, también es cierto que sus obras adquieren un sentido de búsqueda, un afán de entrever no solo lo maravilloso, lo extraordinario, lo emocionante, lo sublime, sino también lo diverso, lo desconocido, el desafío; la exploración de cuanto haya de turbador, de complejo, de singular o de inquietante en el sexo. Y así, también nos encontramos con autores en cuyas obras hay erotismo por más que estas no sean esencialmente eróticas. Safo de Lesbos, Platón, Teresa de Jesús, Goethe, Vladimir Nabokov, García Márquez, Alessandro Baricco… Una extensa lista de autores publicados en la historia de la literatura. Es seguro que con más de una novela o un cuento nos hemos preguntado si son estrictamente eróticos o no, entonces surge el interrogante ¿Literatura erótica o erotismo en al literatura?

Pues bien, la Literatura erótica es, como la narrativa policiaca o de ciencia ficción, un subgénero, con sus reglas correspondientes: el deseo sexual, el sexo explícito, la consumación de ese deseo sexual. El erotismo en literatura, está libre de normas, no tiene sujeciones de ningún tipo, así que nos podemos encontrar con lo erótico en un relato fantástico o policíaco. Podemos decir que la frontera entre la literatura erótica y el erotismo en literatura es difusa, hay obras literarias que se amoldan íntegramente o en parte a los requisitos de la literatura erótica. Por otro lado hay textos dentro de cualquier otro género que se pueden considerar puramente eróticos  por su genialidad, originalidad o tratamiento inusual de algún aspecto. Ahora bien, tanto si se trata de literatura erótica o erotismo en la literatura, hay un elemento común a ambos: la transgresión acampa a sus anchas por el texto.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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