Literatura erótica o
erotismo en literatura.
Al hacer la presentación del
primer capítulo de mi novela, hice constar la puntualización que mi correctora,
Susana, había realizado sobre la misma. Mi primera intención fue escribir una
novela con un alto contenido erótico, pero como ya indiqué, en ocasiones es la escritura la que lleva al autor y no al
contrario, de manera, que el resultado ha sido una novela con escenas eróticas,
pero no una novela erótica al uso. Esta diferencia me sirve para iniciar un debate sobre
literatura erótica o erotismo en la literatura, para ello voy a apoyarme en la
documentación que Marisa Mañana, profesora de literatura erótica de la Escuela
de Escritores, me hizo llegar cuando tuve el placer de ser su alumna.
Comenzaba Marisa el primer
tema del curso preguntando ¿Qué debe tener un texto para ser erótico? Si la
pregunta fuera lanzada en un grupo de amigos la mayoría coincidiría en afirmar
que en un texto erótico uno o más personajes tienen relaciones sexuales.
Entonces ¿un texto erótico se reduce a la redacción de un intercambio sexual?
A lo largo de la historia de
la literatura, es, sobretodo a partir del SXVIII, cuando muchas obras nacen de
un afán subversivo, contra las normas y los valores que intentan regular el
instinto sexual, y también un afán lúdico, del goce por el goce, dejando en
evidencia la hipocresía de la sociedad. Allí donde el erotismo se convierte en
arte podemos encontrarnos con el marqués de Sade, Chordelos de Laclos James
Joyce, Henry Miller, Anaís Nïn, Georges Bataille, entre otros…
Si bien es cierto que las
obras de los autores mencionados son esencialmente eróticas, es decir, que en
ellas la unión sexual tiene mucho de físico y carnal, también es cierto que sus
obras adquieren un sentido de búsqueda, un afán de entrever no solo lo
maravilloso, lo extraordinario, lo emocionante, lo sublime, sino también lo
diverso, lo desconocido, el desafío; la exploración de cuanto haya de turbador,
de complejo, de singular o de inquietante en el sexo. Y así, también nos encontramos
con autores en cuyas obras hay erotismo por más que estas no sean esencialmente
eróticas. Safo de Lesbos, Platón, Teresa de Jesús, Goethe, Vladimir Nabokov,
García Márquez, Alessandro Baricco… Una extensa lista de autores publicados en
la historia de la literatura. Es seguro que con más de una novela o un cuento
nos hemos preguntado si son estrictamente eróticos o no, entonces surge el
interrogante ¿Literatura erótica o erotismo en al literatura?
Pues bien, la Literatura erótica es, como la narrativa
policiaca o de ciencia ficción, un subgénero, con sus reglas correspondientes:
el deseo sexual, el sexo explícito, la consumación de ese deseo sexual. El erotismo en literatura, está libre
de normas, no tiene sujeciones de ningún tipo, así que nos podemos encontrar
con lo erótico en un relato fantástico o policíaco. Podemos decir que la
frontera entre la literatura erótica y el erotismo en literatura es difusa, hay
obras literarias que se amoldan íntegramente o en parte a los requisitos de la
literatura erótica. Por otro lado hay textos dentro de cualquier otro género
que se pueden considerar puramente eróticos por su genialidad, originalidad o tratamiento
inusual de algún aspecto. Ahora bien, tanto si se trata de literatura erótica o
erotismo en la literatura, hay un elemento común a ambos: la transgresión acampa a
sus anchas por el texto.
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